A Villalba se le olvida que fui su jefe de debate para la gobernación: Hugo Tovar Marroquín

Para el abogado constitucionalista en la elección a la Gobernación del Huila, primó el dinero en la última semana por encima de las propuestas; reconoce que se cometieron errores que costaron “caro” en la campaña de Carlos Ramiro Chávarro. Aprovecho el espacio para decirle al senador Villalba que él, vive del litigio y no de la politiquería.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 06 de 2019

¿Qué balance hace de esta contienda electoral?

No difiere mucho del que han hecho grandes medios y, en el caso del Huila, la prensa regional. En mi opinión, siguen avanzando la anarquía y la corrupción. Digo que la anarquía, porque sin partidos fuertes no es posible una democracia sólida. Con marcadas excepciones, siguen imperando las empresas electorales. La mayoría de los candidatos hicieron alianzas, y sólo una minoría de las alcaldías y gobernaciones quedaron en manos de partidos políticos individualmente considerados. La corrupción electoral sigue ganado terreno. La mayoría de los candidatos a concejos, asamblea y alcaldías pidieron oxígeno económico para funcionar. Esta es regla general en el país. Por esta razón cada día se hace más costosa la política local y regional. Esto es corrupción, puesto que el dinero que pagan los candidatos finalmente sale de las arcas de municipios y gobernaciones a través de contratos. Es una espiral diabólica.

Pregunta obligada: ¿Quiénes ganaron y quienes perdieron?

Dos grandes derrotados son Uribe y el Centro Democrático, por la mala gestión del presidente Duque. También fueron derrotados los grandes partidos, las grandes maquinarias. Ganaron el inconformismo, el rechazo al gobierno, la desesperanza. Ganó la izquierda. No el centro, como dicen, sino la izquierda. Este gobierno, la gran prensa y grandes empresarios, lo mismo que la corrupción, están empujando el país al socialismo. La mayor cuota la puso el régimen de Juan Manuel Santos.

¿Cómo superar el crecimiento de la corrupción regional y local?

Yo comenzaría por eliminar la principal fuente, que en mi concepto es la elección popular de alcaldes y gobernadores. Esas costosas elecciones inducen a robar el erario. Debemos regresar al sistema de designación de alcaldes y gobernadores por decreto. Antes, al menor escándalo de corrupción, bastaba un decreto para retirar al titular. Ahora hay que esperar hasta 4 años o más. 

¿Algunos consideran que la campaña conservadora no contó con buenos elementos para conseguir el anhelado triunfo?

No sé a qué se refiere usted con el término elementos. Lo que sí quedó claro es que varios jefes conservadores dejaron sólo a Carlos Ramiro y terminaron de una u otra forma favoreciendo a Luis Enrique Dussán. La historia lo dirá. Es un partido sin vocación de poder. Mucho celo político. Cada quien protege su feudo electoral. Lo otro es que no hubo recursos económicos significativos para afrontar la avalancha de solicitudes de apoyo económico de candidatos a concejos, asamblea y alcaldías. Según se ha conocido, la campaña de Dussán contó con boyantes recursos económicos. Les llovieron como el maná. La ofensiva contra nuestra campaña fue tremendamente demoledora por la influencia del dinero contrario. Reconozco que fallamos en la organización.

Se dice también que la campaña conservadora de la cual usted hacía parte se sintió triunfadora. ¿Es así como se dice?

Pienso que fue una de las fallas. Veíamos a Carlos Ramiro muy fuerte. Y de veras lo estaba. Pero se confió demasiado en el entusiasmo de las grandes reuniones y en las encuestas que contratábamos. La encuesta de La Nación, ostensiblemente manipulada, nos afectó en grado sumo. Eso lo teníamos en nuestros cálculos. Pero a Carlos Ramiro le faltaron malicia y visión. Es tan cierto, que al final destrozaron nuestro andamio con miles de millones de pesos en comprar líderes y candidatos.

¿Para el senador Villalba, tanto usted como Jorge Fernando Perdomo, no contribuyeron en nada a la campaña de Chávarro?

Yo hacía parte del equipo que apoyó la precandidatura de Jorge Fernando. Honramos la palabra y apoyamos a Chávarro. He mostrado las fallas y los factores que contribuyeron a la derrota de Chávarro. En cuanto a la eficacia de nuestro apoyo, otra cosa piensan Sandra Hernández y Gorky Muñoz. Lo que piense Villalba me tiene sin cuidado.

Sostiene el senador que el haber usado el supuesto apoyo de la izquierda y del Partido de las Farc, fue una bajeza de parte suya y de Perdomo a una semana de elecciones. ¿Qué dice al respeto?

Bajeza la bien orquestada campaña sucia de ellos contra Chávarro culpándolo de los desastres de El Quimbo. Esto nos afectó en todo el departamento. Villalba sabe que fue él como gobernador, siendo Uribe Presidente, quien promovió la construcción de El Quimbo como una de sus apuestas productivas. Cuando nosotros quisimos rectificar, ya el daño estaba hecho. Ahora, en cuanto a la alianza de Dussán con la extrema izquierda, pactada la penúltima semana, creo que es un juego peligroso a favor de las corrientes más antidemocráticas del país, que son las que glorifican y defienden el régimen de Chavez y Maduro. Villalba digiere lo que le pongan por delante con tal de defender lo suyo. Es un tiburón feroz.

En otras palabras, se dice que su llegada le hizo daño a la campaña de Chávarro. ¿Su opinión?

Yo fui jefe de Debate del Norte, con la coordinación política de Javier Alberto Collazos. Y resulta que en el norte triunfamos en tres de los cuatro municipios del Huila en que ganó Chávarro: Algeciras, Baraya y Colombia, municipios liberales. Con esto desbarato el argumento del flamante senador. Lo que sí debería recordar Villalba es que yo lo posicioné en una convención cuando se lanzó por primera vez al senado enfrentado a Ricardo Mosquera. Ricardo dominaba la convención. Yo cambie la relación de fuerzas a favor de Villalba, con un discurso. Él lo debe recordar, como debe recordar también que cuando se lanzó a la gobernación, yo fui su Jefe de Debate. Y ganó.

¿Qué tanto le afectan estos comentarios que se generan en torno a su nombre?

En nada. Yo no soy profesional de la política ni vivo de eso. Ojalá Villalba tuviera siquiera el diez por ciento del reconocimiento que tengo en el Huila y en otras partes del país como abogado. Porque él como senador es intrascendente, aunque lo respeto. En cambio sí tiene buena vena de manzanillo.

¿Se piensa usted marginar del campo político a sabiendas de que no lo es?

No. Todo lo contrario. Estamos en el proceso nacional de fundar el Partido Nueva República, del cual soy Secretario General. Es un partido de derecha que defiende el Estado de Derecho, la democracia, la vida, las libertades, los principios y valores cristianos que sustentan la civilización occidental, entre otros principios contenidos en nuestra plataforma ideológica.

¿Qué cree le espera al Huila con del gobierno de Dussán?

Siempre he dicho que Dussán es un hombre honorable. El problema es su mentor. Espero que actúe con independencia, que le vaya bien y que sepa cuidar y manejar la contratación, porque tiene hambrientos y voraces tiburones que la asedian.

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